Para conservar las trufas unos pocos días se pueden mantener en el frigorífico, dentro de un recipiente y cubiertas de agua, para que no se extienda el olor por toda la casa ni llegue a los alimentos próximos.

Si se quieren conservar más tiempo, hay que congelarlas bien limpias y a la hora de utilizarlas se rallan sin descongelar, según la necesidad, volviendo a guardar rápidamente la trufa sobrante en el congelador.

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