Los huevos, al tener una cáscara porosa, absorben con facilidad el olor y el sabor de los ingredientes que tengan cerca por eso es muy sencillo trufarlos y el resultado es exquisito:
- Elegir huevos de buen tamaño y de calidad
- Ponerlos en un recipiente cerrado
- Introducir una trufa negra
- Dejar todo junto en un recipiente cerrado durante al menos dos días en la nevera
Transcurrido este tiempo se pueden cocinar al gusto: fritos, revueltos, en tortilla, escalfados… y, como acabado, laminar un poquito de trufa por encima. ¡Para chuparse los dedos!
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